sábado, 25 de julio de 2009

EL SUEÑO DE MI FRACASO

sábado, 25 de julio de 2009


El sueño de mi fracaso tiene una historia tan larga y patética pero sobre todo demasiado interesante como dudosa, y tanto le cabe esta que es hasta dudosa de ser interesante.
Según me comentó alguien en una de esas reuniones del foro de Interpol ya pactadas para los sábados en zona rosa después de haber ido a consumir música independiente al chopo, como siempre ya es normal que nos veamos a las 2:00 PM en algún bar de la zona en donde con algunos CD's en mano hablamos de bandas indie a seguir donde lo principal es la música y en donde a veces terminamos metidos en lugares insospechados digamos tocadas gratis siendo esas ocasiones que tienden a disiparse en la memoria de los presentes, el sueño en sí no es más que la unión errática y desordenada de personas y personajes aunadas a ciertas sensaciones que dictan el no recuerdo. En aquel momento alguien tuvo la intención de preguntar "que no qué", pero las dos terceras partes de las inquisiciones que realizamos en cualquier conversación están de más, si nos tomamos un breve respiro para pensarlas y hacer ese tipo de confesiones que van mucho mas allá de la música.

Igual que nos ocurre cuando alguien es muy detallado en su narración, yo tuve entonces la sensación de conocer perfectamente aquel lugar de genialidad donde mis sueños son realidad si tu estas en ellos, o eso quiero pensar por que nunca mis sueños has logrado consagrar un sueño contigo en el en la realidad. Como si hubieras estado o como si estuvieras ahí.

Es difícil hallar datos generales, aunque no específicos, de mis sueños. En algunos casos, fervoroso salto de las filas hacia otros sueños y en otros vuelvo al mismo después de ser expulsado de otros sueños. Lo que sí es totalmente corroborable es que mis sueños tienen una cifra de miembros que ningún libro de actas podría llegar a asentar ya sea por su movilidad o por su cantidad y diversidad de funciones. ¿Pero cantidad? Obvio esa cantidad solo se puede ver reducida a una sola persona, una sola chica, una sola realidad que tiene el poder suficiente para manipular mis sueños, sentimientos, anhelos y deseos a su placer.

A veces hay quienes dicen que en el recuento oscilante de los tiempos en un sueño dicen que hubo, hay y habrá historias fabulosas que realmente se destacan dentro del inmaterial edificio del sufrimiento personal del que nadie es gustoso de pertenecer, aunque son de remarcar también aquellos que se niegan a abandonar sus sueños de felicidad a lado de aquella persona de quien están enamorados de manera extraña e irracional por lo que yo en lo personal no estaría dispuesto a dejar ir sin ni siquiera luchar.

Había, hay y habrá, por millones, sueños que pagan la cuota a regañadientes. Un infinito número de abonados deseos y fracasos de diferentes tamaño y calidad, pequeños, grandes, intencionales, casuales, y hasta un número indeterminados de sueños que habiendo obtenido la invitación de otros sueños se niegan a reconocerse en otro lugar que no sea el del sueño del fracaso. Este último un caso casi tan común como el de los que siendo inevitablemente parte del sueño fingen pertenecer a otras aberraciones, y en algunos casos circulan por los pasillos con credenciales apócrifas o distintivos falsos que, al extremo, terminan en auto convencimiento de pensar que el proceder obsesivo es meramente correcto y justificable por el hecho de sentir un impulso interno que carece de explicación alguna.

Nadie presta nunca demasiada atención a las historias de mis sueños como lo hizo alguien que ya no esta a mi lado. No obstante son destacables, ningún otro sueño en mi lo seria si tu dejas de estar en el, y sin ti ninguno de ellos podría haber existido. Recuerdo uno en específico. Generalmente y a pesar de su arquitectura compleja y soberbia en tamaño, te frecuente y solía dar vueltas en no más de dos o tres sueños por noche. El estilo alternativo de tu persona que como si fueses arquitecta le has dado en poco tiempo cierto tinte de vida cuando construyes, redecoras, reparas y varias las formas de mis sueños en donde intento darte alcance y trato de completar mi proyección de ti, pero a veces la torpeza en mi proceder causan accidentes mínimos interpuestos entre los bocetos y la realización de tu persona.

A veces analizo mi deseo detenerme en el aspecto de vivir instalándome en un sueño tras otro contigo ya que de hecho siempre, alguna vez al menos, he formado parte de por lo menos algún sueño tuyo ya sea bueno o malo y eso me hace por lo menos soñar con alguna pequeña esperanza.

Esperanza que al salir por las enormes puertas automáticas de mis sueños la sensación de soledad se percibe de inmediato al subir o bajar por las escalera eléctricas de la sin razón. La conciencia de que allí habitas la mayoría de las veces que puedo verte coincide con tu presencia recién llegada a mi vida ya sea alucinación o realidad y no tratare de salir de un sueño para entrar en otro. La oscuridad y la decoración lo asemejan a un castillo repleto de falsas paredes, puertas bloqueadas, pasillos laberínticos y escaleras que giran para terminar donde empiezan siempre quedando como al principio.

En uno de los sueños, quizás el más visitado por mi, se encuentra una larga galería de imágenes tuyas que, en algunos casos, me ayudan a suavizar mi sensación de desesperanza con una inútil percepción de identificación representativa de mi posible fracaso.
Allí, vagando en soledad entre la más inmensa multitud, se escuchan las historias más desgarradoras y también las más absurdas, sin con esto decir que no las exista combinadas. Un clásico dentro de los indescifrables murmullos es la cita de algún mínimo detalle que hizo la diferencia entre pertenecer a este club o estar disfrutando de algún otro.
Todo esta por aquí, todo alrededor de uno, y por más que las historias son tan interesantes como las demás, nadie presta mayor atención a ellas si no una vez que el egresado, ya perteneciente a otro club, las utiliza como serie de anécdotas que sirven para aumentar la admiración de los nuevos compañeros del club de la Victoria unión del éxito. Algo así como "antes de llegar aquí pertenecí infinidad de tiempo al club del Fracaso".

Me recuerdo por ejemplo al enumerar las veces que había estado dando vueltas por los pasillos oscuros dentro de mis sueños, pero claro, todo esto una vez que ya no los frecuentaba. Y aun más impresionantes eran los casos post morten, ya que mucha gente ignora y les vale el traslado aunque ellos jamás se enteran.

Así y por montones, la ciencia, el deporte, el arte, la política y demás actividades perpetúan incoherencias temporales que, reacomodadas, unos llaman justicia y otros azar, para mi solo es soñarte y nada mas aunque este pensar me tache de egoísta y banal. La imposibilidad de llevar un registro de sueños diarios hace que sea una tarea humanamente inviable.
Mis caóticos sueños pueden jactarse de haberme visto sintiendo como mi amor no era correspondido, imaginando mis sueños al ser reprobados, derrotados, ignorados y desafortunados, sueños que bailan la cadencia del ritmo machacante y anti musical de mis intenciones que mueren en si mismas.

Nadie nota que en los pasillos de mis sueños vaga mi destino disconforme y mi espíritu conformista. Nadie nota que allí va un personaje que Shakespeare había imaginado para una obra y luego descartó, nadie pone la vista en aquel imbecil que acaba de llegar tarde a la audiencia de un sueño de ti.

Viera alguien el desanimado té que reúne a aquel ladrón sorprendido por la policía, a la adolescente engañada por Cupido, al futbolista quebrado antes de llegar a ídolo, a la escritora abandonada por las musas y al señor derrotado en las urnas de las elecciones de su pueblo.
De todos los sueños del club de mi fracaso el más terrorífico quizás sea este. El salón de los espejos. Uno de los más frecuentados. A pesar de su nombre, estos reflejos son tan engañosos como aquellos que había en los viejos parques de diversiones. No somos quienes nos ponemos frente a ellos los que nos reflejamos. En este salón los sueños de fracaso son propios se transforman combinándose para dar reflejos comunes que a la vez son menos dolorosos.
Muchas veces he oído preguntas flotando en el ambiente; preguntas del tipo ¿por qué a mi? ¿Qué hubiera pasado si elegía otra opción?, las respuestas nunca llegan a escucharse concretamente. Lo cierto es que mis sueños generan el rumor de algo en movimiento constante ya que está permanentemente recibiendo y despidiendo socios por millones y a velocidades sorprendentes, hable de socios, supongo la única socia importante eres tu.

No recuerdo si estuve en aquella reunión donde mis sueños eran soñados por alguien más, pero si sé que estuve en el sueño. Ahora no sé bien que me habrá llevado a soñar en aquellos tiempos, quizás conozco de memoria tu imagen y deseaba reconocerme a mi como parte de ti. Lo cierto es que mi paso por mis sueños no es en vano aunque sea permanente. Aprendí que como todo mis sueños tienen sus reglas y se también algunos de los pecados que no debería cometer.
Se que la desesperación, a pesar de ser el recepcionista de mis muy culeros sueños, es bueno, por que son consejeros a la hora de transitar por sus pasillos. Se que nunca debería olvidarme de ti que aún estando lejos siempre pudre volver a soñar contigo. Se que las puertas siempre están abiertas para todo el mundo y también aprendí que no debo creer jamás en la certera frase de oxidadas letras que plasmo como desesperado en un pedazo de simple papel que da la bienvenida en la entrada principal de mis sueños de ti:

"Aquí esta tu destino porque tu destino no podría ser otro".

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