sábado, 10 de abril de 2010

TRAYECTO IMPERFECTO DE UN VIAJE INACABADO

sábado, 10 de abril de 2010

Un día más...
esperando entender lo absurdo,
esperando ver donde la luz dejó de existir,
esperando beber del río que ya se secó.

Un día más...
esperando encontrar un bastón
para esta pierna que no cojea,
esperando tener unos minutos más
para escribir en un tiempo que dejó de tener hora,
esperando buscar entre multitud a una sola persona.

Un día más...
esperando la llegada de quien se acaba de ir,
esperando el saludo de quien dejó de hablar,
esperando ver a quién se esconde.

Un día más esperando el otro día sin recordar el anterior.
Un día más pensando en consecuencias sin explicar las causas
Un día más mirando el espejo sin reconocer a quien veo
Un día más esperando un día más.

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YA NO EXISTEN PALABRAS, NI MIRADAS, SOLO RESPIROS APRESURADOS QUE NO CESAN DE INSINUAR EL FINAL....


Eterno amanecer
que día a día amparas mis salidas,
que día con día proteges mis tristezas
y mis muy frecuentes alegrías,
sigue esas mis huellas
a veces tambaleantes,
a veces sin firmeza,
pero siempre atentas
a la claridad de tus esencias.

Por favor...
no dejes que se nublen mis caminos,
que se encierren mis penas,
déjalos siempre claros,
déjalas que vuelen hoy serenas
para alcanzar a ver el horizonte
y poder planear por los problemas.

Aunque me cubra la noche
deja que una clara estela me lleve de la mano
para no caer en vicios y adicciones,
para poder ver del mundo sus miserias
y sin mojarme poder nadar en ellas,
y así entender los caprichos de la vida,
los designios de la existencia.

Eterno amanecer
que brindas paz a mi alma,
no dejes de vibrar sobre el ambiente
para seguir siendo feliz en este mundo
que día a día enfurece tu llegada,
que día con día te acerca más a la muerte.

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YA SE TERMINARON LAS PALABRAS. VOY A CERRAR LOS OJOS COMO LA PRIMERA VEZ Y CUANDO LOS ABRA EL MUNDO SE ACABARA.


Nada es igual,
más allá de las sombras del pasado.
Ningún momento es igual,
más allá de los viajes prohibidos,
que permanecen ocultos a la luz del tiempo.
Nada es igual, nada.
Nada es igual,
si abandonas los pensamientos sin dejar rastro,
olvidando las señales del alba,
o, si esquivas el paisaje de los sueños impenetrables,
donde la respiración se invierte hacia dentro,
de forma introspectiva.
Nada es igual.
Ningún momento es igual,
porque los perfumes desaparecen,
con cada repique de las campanas,
hasta desaparecer.

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